Galería de personajes

lunes, 2 de noviembre de 2015

Buenas noches

Duerme, mi niño, y sueña con mundos en los que no te teman los humanos como el que estrujas junto a tu pecho.



Después de un tiempo sin escribir microrrelatos, los retomo con pocas palabras.

domingo, 26 de julio de 2015

Locura juvenil

Los hombres solo vieron una luz brillante que se precipitaba al río mientras el día declinaba. Al acercarse, descubrieron cuatro caballos blancos que pugnaban por salir a tierra y, a lo lejos, un resplandor como si el sol ardiese sobre las aguas. Al mismo tiempo, Helios miraba con tristeza el cauce del Erídano donde su hijo Faetón había perdido la vida.



Por alguna extraña razón me acordé del carro de Helios al ver la imagen.

domingo, 19 de julio de 2015

¿Sueñan las máquinas?

Los pétalos mecánicos giraban y eso la hacía sonreír esperanzada. Sentía el viento de la tormenta con cada impulso. El juguetero observaba su creación expectante. Estaba seguro de que esta vez lo conseguiría, la muñeca lograría elevarse. Un nuevo impulso de sus piernecitas consiguió que los pétalos siguiesen girando y que sus pies flotasen en el aire. El hombre sonrió.

—Lo conseguí, hija mía —dijo triunfal—. Ahora podrás volar hasta el cielo.


Un pequeño homenaje a Philip K. Dick añadiéndole un toque steampunk.

lunes, 15 de junio de 2015

Estrategia

La noche es brumosa. Las figuras se muestran desenfocadas como a través de una niebla densa. El agua parece vibrar como si ocultase algo bajo su superficie. Y allí, en lo alto, la luna roja tiñe la playa con su resplandor siniestro…
—Mariano, deja de decir tonterías y devuélvele de una vez las gafas de sol al abuelo. Te puedes ir al chiringuito, venga.


Retomando mis colaboraciones con el blog de El Universo de las Palabras Perdidas.

lunes, 27 de abril de 2015

Algunas madres

—Cuando me dijiste que habías comprado un coche familiar para llevar a Peter, no pensé que te referías a esto —dijo la niña mientras tiraba del carrito con su hermano. 


Una pequeña broma para celebrar el día de la madre.

jueves, 2 de abril de 2015

París 1944

Apenas hacía cuatro días desde que las tropas aliadas entraran en París. Todavía sentía miedo por las noches y seguía refugiándose bajo los puentes del Sena. Pero hoy sería distinto, todo había pasado. Unos disparos procedentes de los alrededores de la catedral le hicieron encogerse y detener su bicicleta. Empezó a temblar y se tapó los oídos con las manos al tiempo que cerraba los ojos esperando nuevas ráfagas. No hubo más disparos. Abrió los ojos y sonrió levemente. Todo había pasado... Por fin.

(París, 29 de agosto de 1944)


martes, 10 de marzo de 2015

Crónicas marcianas

Ya solo pueden verse sobre la superficie de Marte a esos habitantes del planeta que ellos llaman Tierra. Han demolido nuestras ciudades, han terraformado el planeta como si tuvieran derecho a todo. Únicamente quedamos unos pocos escondidos en reductos alejados de sus grises urbes. Si solo hubiésemos sido más cuidadosos al acabar con la primera tripulación y destruir su nave…



Después de darle vueltas a la imagen decidí lanzarme de nuevo hacia la ciencia ficción, y esta vez homenajeando a Ray Bradbury y uno de los últimos libros que he leído.

martes, 3 de marzo de 2015

Godzilla


La silueta borrosa del monstruo cada vez estaba más cerca. Se arrastraba en su dirección sin titubear. Más y más cerca. El hombre tumbado sobre el césped tanteó a su lado y cogió las gafas para ponérselas. Todo se hizo más nítido. La oruguita se detuvo a centímetros de su nariz.

lunes, 23 de febrero de 2015

Genealogía

—Lord Greystoke, cuando le dije que dibujase su árbol genealógico… no me refería a esto.


domingo, 8 de febrero de 2015

Filosofía



—El comportamiento humano puede plasmarse en esta porción de tarta —explicaba Sherlock Holmes a su compañero Watson—. La tentación y los remordimientos, la manzana y la expulsión del Paraíso, el deseo y el deber. ¿Y qué piensa que debería el ser humano elegir, Watson?… ¿Watson?… ¿Dónde está la tarta?

jueves, 29 de enero de 2015

Relatividad


Levantó la cabeza hacia las estrellas. Todo estaba en calma a su alrededor. Solo le acompañaba el silencio. En ese momento se sintió pequeña, muy pequeña. Bajó la cabeza para seguir con su trabajo. Recogió una miguita de pan que habían dejado los últimos excursionistas y volvió a su hormiguero.



Todo es relativo según desde dónde lo mires. Puedes ser un gigante o una hormiga en cualquier momento.

martes, 13 de enero de 2015

El bardo

Sonidos alegres flotaban en la noche estival. Canciones, risas, susurros e historias alrededor del campamento itinerante. Dos niños se acercaron sigilosos para contemplar a los viajeros. Todos los años pasaban por allí por las mismas fechas procedentes de lugares lejanos y en dirección a quién sabe qué lugares maravillosos. Los aldeanos les temían y prohibían a sus hijos acercarse.
—Practican la magia —les decían.
Pero esas palabras no hacían sino despertar más aún la curiosidad de los pequeños. Y todos los años volvían a escaparse para escuchar sus narraciones ocultos en la oscuridad y ver cómo las imágenes flotaban en el aire.
La figura de un dragón plateado se acercó a los pequeños, giró sobre sus cabezas y volvió a la hoguera de donde procedía. El hombre que se encontraba de pie junto a ella sonrió en su dirección y continuó con la historia mientras todos escuchaban atentos envueltos por las imágenes del relato.



El limpiador de sombras

—¡Señoras! ¡Señores! ¡Ha llegado el limpiador de sombras! —Se oyó chillar desde las alturas—. ¡Limpiamos todo tipo de sombras! ¿Tiene mala sombra? ¿En su trabajo alguien le hace sombra? ¡Nosotros acabamos con ellas!
La gente miró sorprendida hacia el artefacto que les sobrevolaba.
—¡Garantizado! —volvió a oírse gritar—. ¡Si no queda satisfecho le devolvemos el dinero!
Primero fueron niños curiosos los que se acercaron al aparato volador que había descendido en la plaza. Pronto a ellos se unieron paseantes ociosos y otros intrigados por la oferta. Al final de la tarde solo una niña conservaba su sombra.
—¿Por qué no vas a que te la quite? —le preguntó una compañera—. ¿De qué te sirve?
—Es mi amiga —contestó la pequeña.
—Eres muy rara —opinó la otra con un mohín mientras se alejaba.
—Son capaces de abandonar una parte de sí mismos y yo soy la rara —susurró la niña mientras se alejaba con la única compañía de su sombra.