La noche es brumosa. Las figuras se muestran desenfocadas
como a través de una niebla densa. El agua parece vibrar como si ocultase algo
bajo su superficie. Y allí, en lo alto, la luna roja tiñe la playa con su
resplandor siniestro…
—Mariano, deja de decir tonterías y devuélvele de una vez
las gafas de sol al abuelo. Te puedes ir al chiringuito, venga.
Retomando mis colaboraciones con el blog de El Universo de las Palabras Perdidas.
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