Galería de personajes

jueves, 30 de noviembre de 2017

Reseña de "Estados Unidos de Japón" de Peter Tieryas

Cuando una portada te promete más de lo que te da.

No es que esperara un libro de los que pervive en tu recuerdo. Solo buscaba entretenimiento dentro de una historia de ciencia ficción. La portada me prometía aventuras, acción; al modo en que me dio una y otra cosa El despertar del leviatán de James S. A. Corey, no esperaba más... ni menos.

Parte de una premisa que ni siquiera es original, como el mismo autor confiesa. Se basa en la idea de El hombre en el castillo de Philip K. Dick. Una ucronía en la que no son los aliados los que ganan la Segunda Guerra Mundial, si no que, en el caso que nos ocupa, es Japón uno de los vencedores. Podría aceptar la falta de originalidad si me hubiera dado lo que me prometía: acción, pero esta está distribuida de forma muy irregular a lo largo del texto. En unos momentos parece que estamos ante una película de acción que nos puede incluso llegar a recordar a Blade Runner o El quinto elemento por la variedad y colorido de sus personajes, pero me ha parecido una acción artificial. Era como si realmente estuviese leyendo el guion de una película y no una novela. Más interesado su autor en describir lo variopinto de su entorno que en encuadrarnos la acción.

Junto a estos momentos de acción o, incluso entre ellos, nos introduce casi monólogos que son más reflexiones y justificaciones de los personajes en voz alta que un diálogo con sus interlocutores. Estos, a veces, son simples excusas para que el personaje nos cuente lo que piensa y por qué actúa así.

Luego están esos personajes que solo aparecen para ayudar a los protagonistas a solucionar un problema para el que no tienen solución por sí mismos. Simples instrumentos que no aportan prácticamente nada más a la acción.

Siguiendo el hilo de los protagonistas, no he conseguido empatizar con ninguno de ellos. No parecen personajes reales; su forma de actuar es muy errática y no convencen totalmente con sus motivaciones. Motivaciones que, varias veces, tienen que explicar a través de esas "conversaciones" de las que he hablado por no quedar claras por su forma de actuar.

Resumiendo, mi crítica termina con la frase que he escrito en primer lugar y que describe muy bien lo que me ha parecido: cuando una portada te promete más de lo que te da.

Reseña de "Si los gatos desaparecieran del mundo" de Genki Kawamura

Una delicia de libro este de Genki Kawamura. Breve, de poquitas páginas, pero que resulta ser un gran libro.

Se comienza con una sonrisa en los labios pensando que va a ser una nadería, de esas que te lees entre libros más sesudos. Y, después, te vas dando cuenta de que no es lo que parece; es un libro profundo al que no le sobra ni le falta nada.

Tenemos a un cartero al que le han diagnosticado una enfermedad terminal. No descubro nada, porque esto lo conocemos ya en la primera página. Dicho así, podría parecer que nos enfrentamos a un drama, pero la forma en la que el protagonista lo encara parece más una farsa que una desgracia. No empatizamos en ese momento con él, simplemente nos resulta incluso divertido pues, al modo de un extraño Fausto, se descubre discutiendo con el diablo sobre un posible trato a cambio de su vida. Nada más fácil de cumplir que deshacerse de algo que considere innecesario… o no.

A través de sus reflexiones para sellar el trato, nos comenzamos a dar cuenta de las cosas innecesarias que nos rodean y que consideramos esenciales. O, por el contrario, otras que ni siquiera repararíamos en ellas, son las que llenan nuestras vidas y las hacen más completas de lo que creeríamos y son por las que lloramos si las perdemos.

Una novelita que nos sumerge cada vez más en la reflexión sobre nuestas vidas y en lo que realmente deberíamos considerar necesario para que fuera una vida plena. Una novela que es como el aire que nos remueve el alma y nos deja un poso de reflexión. No siempre los libros largos son los mejores.

sábado, 4 de noviembre de 2017

Reseña de "La quinta estación" de N. K. Jemisin

"Empecemos por el fin del mundo", así empieza esta novela.

Antes de nada puntualicemos: no puedo considerar La quinta estación” de N. K. Jemisin como ciencia ficción. Vale, podemos encontrar nociones de física, pero eso no la convierte en ciencia ficción. Reconozco que, en determinados momentos, parece insinuar que se trata de una sociedad derivada de la nuestra y que, por circunstancias que no explica, ha llegado hasta allí. Pero, si nos basamos en lo que nos cuenta en este primer libro de la trilogía, no podría considerarla una obra de ciencia ficción. Se trata de una novela de fantasía, muy bien llevada, pero fantasía. No puedo contar mucho sobre  su estructura sin destripar sorpresas, pero, hacedme caso, es una muy buena obra de ficción. No conocía nada de esta autora, pero después de esta lectura ya tengo apuntada su anterior trilogía para leer (El Legado). 

La obra que tenemos en las manos ha sido ganadora del Hugo en 2016 y merecidamente. Una estructura narrativa que encaja conforme vamos leyendo. Personajes creíbles y muy humanos, a pesar de que ni ellos mismos se consideran como tales. A veces más humanos que los propiamente llamados así. En seguida conectamos con la protagonista de cada una de las historias que nos va contando, definida tanto por sus acciones como por sus pensamientos, mucho más que por la opinión que tienen de sí mismos. Poco a poco vamos conociendo más de ese mundo del que, en algunos momentos, la autora nos da pinceladas insinuando que es el nuestro en un futuro. Como he dicho, tal vez por esas insinuaciones es por lo que se ha considerado ciencia ficción.

A lo largo del libro nos va explicando muchas cosas y otras las deja en suspenso para, entiendo, posteriores libros, haciendo que deseemos seguir con la trilogía, cosa que no siempre consiguen hacer los autores. Jemisin sí lo logra sin dejar de cerrar la historia que nos estaba narrando. Mantiene la acción en un punto álgido hasta el final y allí lo deja. Esperemos que para recuperarlo en la segunda parte.

Como he dicho, buenos personajes y buena historia dentro de una estructura bien creada que hacen de “La quinta estación” un libro muy recomendable.