Pues ya ha caído el
número 8 de la saga de Harry Dresden. Y sigo queriendo continuar con
su lectura. Ha sabido mantener mi atención durante todo el libro y
he vuelto a devorarlo en poco tiempo. Pero, como dije en el número
anterior, no puedo ser imparcial con Harry. Simplemente me encanta.
El héroe imperfecto que sufre y sangra y que tiene su lado oscuro
como cualquiera, pero que también es capaz de sacrificarse por lo
que cree que es justo. Todo eso sin dejar de reírse de sí mismo y
de hacer bromas hasta en el peor momento. Un héroe humano, con sus
problemas sentimentales y con necesidades físicas, que no le impiden
hacer lo correcto... a pesar de todo.
Esta vez se enfrenta a un
asunto de magia negra, pero no dejamos de avanzar en el resto de
historias: el enfrentamiento con las hadas de anteriores libros que
cada vez se complica más, el Consejo Blanco con sus rígidas normas,
la amistad con Murphy, la relación con su medio hermano Thomas. Y,
por supuesto, con Bob. Muchos hilos que siguen desarrollándose en
este libro y que mantienen el interés. Y... una nueva circunstancia
que va a dar mucho juego en posteriores libros, estoy segura. Evito
el spoiler.
En resumen, nuevo libro
para disfrutar de este mago de Chicago. El único que se anuncia en
las páginas telefónicas. Y que seguirá haciendo sonreír a sus
fieles seguidores, como esta servidora. Un libro entretenido que no
se hace pesado en ningún momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario