—Espero que no lleves mucho esperándome —dijo ella mientras abría ligeramente su gabardina para mostrarle que no llevaba nada debajo.
Como respuesta él la empujó suavemente hasta un callejón en penumbra y terminó de abrirle la gabardina mientras besaba su cuello y deslizaba la lengua hacia sus pechos.
La calle estaba desierta. Nadie escuchó los gemidos de placer, ni escuchó sus jadeos acelerados poco antes de llegar al clímax. Tampoco llegó a oídos de nadie el crujido del cuello de la chica rompiéndose cuando él se derramó dentro de ella.
Nunca me he sentido muy cómoda con esta temática, pero tampoco huyo de ningún reto. Una amiga me preguntó si sería capaz de hacer un micro con temática erótica y, bueno, esto es lo que surgió.
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