“A sangre fría” de Truman Capote podría considerarse más una
investigación periodística sobre los asesinatos cometidos en Holcomb (Kansas)
que una novela propiamente dicha. De ahí la calificación que hizo el propio
autor de “non fiction novel”. Es un relato exhaustivo de la investigación del
crimen y del posterior juicio a los culpables, pero sin olvidar mostrar con
detalle los antecedentes familiares y personales de ambos asesinos. Podría
considerarse, como hemos dicho, una investigación periodística que Capote
intentó novelizar; de tal forma que, a veces, se vuelve lenta e incluso
repetitiva hacia el final cuando leemos los mismos hechos contados casi del
mismo modo.
En la primera parte nos presenta a los asesinados a través
de sus acciones y de la relación con sus vecinos. Parece una familia perfecta,
casi demasiado idealizada. Por lo que da apariencia de irreal. Tiene problemas,
pero parece como si a ellos les uniesen todavía más. Sus vecinos los tienen
como una familia modelo. Aunque Capote se permite una nota discordante con esta
opinión a través de la encargada de Correos.
Después del asesinato se centra, casi con exclusividad, en
los dos asesinos por los que parece sentir hasta simpatía. Los presenta con
minuciosidad mediante sus acciones y pensamientos. A veces demasiado, lo que
hace que la acción sea lenta e incluso se vea interrumpida con la introducción
de hechos ajenos a la propia historia como los crímenes sucedidos anteriormente
en Holcomb. Añade conversaciones, cartas y confesiones reales plasmadas
literalmente como si de verdad fuera un relato periodístico. También momentos
con la familia de los asesinos o con los habitantes del pueblo que parecen casi
entrevistas.
Como análisis de la personalidad de los arrestados es muy completo,
de tal forma que parece casi disculpar sus acciones por el bagaje familiar que
cada uno tiene. Con todo esto parece adelantarse a la literatura que se hacía
en su época. El problema de ser tan minucioso durante todo el relato es que,
desde la condena hasta la ejecución, la acción se precipita y parece
descompensar la novela. Su lectura es recomendable en cuanto a la
caracterización de los dos asesinos. Pero no como novela propiamente dicha,
sino como artículo periodístico de investigación.
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