Como bien indica el título, estamos ante un conjunto de
cuentos muy conocidos por todos. Pero el autor en algún momento se preguntó si
esos cuentos tradicionales podían contarse de otra forma. Y lo ha conseguido.
Se trata de historias que todos hemos leído o escuchado, incluso hemos visto,
en algún momento de nuestra vida. Pero, como un Disney malévolo, Rafael
González les ha dado una vuelta de tuerca para lograr “Ni colorín ni colorado”.
Como podemos suponer por su título, las historias no terminan con sus
protagonistas comiendo perdices. Algunos finales pueden ser intuidos si
conocemos el cuento original, pero ninguno acaba como sus modelos. Otra
característica importante es que se atreve a adaptar la historia a diferentes
géneros, y así llegamos a encontrar ciencia ficción, steampunk, western y, por
supuesto, terror, apartándose totalmente de la visión que Disney nos ha
mostrado de esos cuentos infantiles. Como he dicho, unos son más fácilmente
reconocibles que otros. Algunos no llegamos a hacerlo hasta el final, pero a
todos les ha buscado un enfoque original.
La mayoría de los protagonistas no son esos personajes
planos de los cuentos originales. Tienen sus motivaciones o son conscientes de
que las circunstancias les obligan a actuar como lo hacen. No hay buenos o
malos en sentido estricto. Incluso personajes que, en sus originales, estaban
en un bando, ahora podemos encontrarlos en el opuesto.
Otro aspecto que quiero destacar del libro es su cuidada
edición. A pesar de ser un libro auto editado, se nota el esmero que su autor
ha puesto en él, superando en calidad de edición incluso a algunos de
editoriales de renombre, con lo que nos desmiente la idea preconcebida de que
la autoedición es sinónimo de baja calidad. En este caso, se muestra claramente
que no es así.
Con todo lo dicho anteriormente, creo que ha quedado clara mi
opinión sobre esta colección de cuentos a los que ha sabido dar una vuelta para
que dejemos de tener esa visión idílica que Disney nos ha mostrado. Cuando
cerramos el libro nos queda esa sensación de preguntarnos: ¿por qué no?
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